TECATE EMBLEMA 2025 ¡UNA EDICIÓN ESPECIAL CON MAGIA!
- Musical Touch
- 23 may
- 4 Min. de lectura
La Ciudad de México se convirtió en una fiesta de pop, nostalgia y brillo durante el Tecate Emblema 2025. Miles de personas llegaron al Autódromo Hermanos Rodríguez listos para cantar, bailar y revivir momentos con algunos de los artistas más icónicos de las últimas décadas, combinados con propuestas actuales que llenaron de energía cada rincón del festival.

Sofi Tukker se encargó de prender la tarde con un show vibrante, colorido y lleno de ritmo. El dúo neoyorquino mezcló house tropical, sensualidad y complicidad sobre el escenario, logrando que el público brincara con temas como “Drinkee” y “Purple Hat”. Con su característico estilo irreverente y visuales selváticos, Sophie y Tucker se posicionaron como uno de los actos más divertidos y bailables del fin de semana.
Uno de los momentos más esperados del fin de semana fue, sin duda, el show de David Guetta. El DJ francés convirtió la noche en una rave masiva con fuego, visuales futuristas y un set lleno de clásicos como “Titanium”, “Play Hard” y “I’m Good (Blue)”. La multitud, que alcanzó las 44 mil personas, se rindió al ritmo del beat, saltando sin descanso bajo una lluvia de luces y fuegos artificiales.

Pero el festival no solo vivió de la electrónica. La emoción se desbordó cuando Will Smith apareció en el escenario principal. El actor y rapero trajo consigo toda la nostalgia noventera con “Gettin’ Jiggy Wit It”, “Miami” y, por supuesto, “Men in Black”. Su presencia fue tan inesperada como magnética: bailó, sonó, se conectó con el público mexicano y dejó claro que sigue siendo una superestrella.
Otro de los actos más celebrados fue el de María José, quien además de ofrecer un show lleno de fuerza vocal, sorpresas y visuales, convirtió su set en un homenaje al pop mexicano. Invitó al escenario a Kalimba, Motel, Matisse y hasta a Lucía Méndez, quien llevó una ovación del público al cantar un fragmento de “Corazón de piedra”. Fue un momento entre la generación Z y telenovelas que nadie vio venir, pero que todos aplaudieron.
La vibra disco llegó con Purple Disco Machine, que ofreció un set hipnótico y envolvente, ideal para quienes buscaban bailar bajo las luces neón con un toque retro. A lo lejos, la carpa de Patrick Miller se convertía en una cápsula del tiempo con clásicos ochenteros y pasos de baile sincronizados, como si el tiempo no hubiera pasado.
El festival también fue espacio para reencuentros. CD9 se presentó por primera vez en un festival y la respuesta fue inmediata: gritos, pancartas, nostalgia y un coro de fans que no olvidan sus himnos pop. Morat, por su parte, provocó lágrimas y abrazos con sus baladas, consolidándose como una de las bandas más queridas del momento.
Siempre es un buen momento para refrescarse antes de seguir con el baile, así que hicimos una para técnica en De la Fábrica al Festival: donde disfrutamos de cerveza Tecate servida a -2 °C, directamente del barril y recién elaborada, perfecta para seguir con la fiesta.
Y aunque el cartel fue una mezcla multigeneracional, el mensaje fue claro: aquí hay espacio para todos. Desde los que coreaban “You Oughta Know” con Alanis Morissette hasta los que bailaban sin parar con Pitbull cerrando la jornada con sus éxitos más fiesteros. Natasha Bedingfield también se sorprendió con una actuación cargada de emoción y empatía, recordando al público que su voz sigue tan vigente como en los 2000.

Más allá de los escenarios, el Tecate Emblema fue una experiencia sensorial. Las activaciones de marcas ofrecieron desde purpurina y peinados hasta zonas de descanso, mientras los food trucks repartían desde tacos hasta donas rosas con nombres de artistas. Todo estaba diseñado para vivir y compartir, para grabar y publicar.
Tecate Emblema 2025 fue mucho más que un festival: fue un viaje por el tiempo, una celebración del pop en todas sus formas, un encuentro de generaciones y una prueba de que la música, cuando se comparte, se convierte en un recuerdo inolvidable.
Aunque la asistencia fue visiblemente menor en comparación con ediciones anteriores, es importante contextualizar que muchos de los videos que se viralizaron en redes sociales mostraron escenas muy tempranas del festival. A diferencia de otros eventos que arrancan desde el mediodía, el Tecate Emblema tiene un flujo de público que suele activarse a partir de las 6:00 p.m., momento en el que los escenarios ya lucían con mayor afluencia y energía.
Uno de los temas que sigue dando de qué hablar son los precios dentro del festival, que se mantienen elevados. Sin embargo, la expectativa es que, al menos, no aumentarán en futuras ediciones.
A pesar de todo, el Tecate Emblema continúa consolidándose como un festival ideal para divertirse, corear canciones de todas las épocas y géneros, y vivir la experiencia sin que resulte abrumadora. No es un festival que te agote, sino uno que te permite disfrutar a tu propio ritmo, ya sea bailando frente al escenario principal o descubriendo nuevos talentos en sus rincones más íntimos.
Aunque la asistencia fue visiblemente menor en comparación con ediciones anteriores, es importante contextualizar que muchos de los videos que se viralizaron en redes sociales mostraron escenas muy tempranas del festival. A diferencia de otros eventos que arrancan desde el mediodía, el Tecate Emblema tiene un flujo de público que suele activarse a partir de las 6:00 p.m., momento en el que los escenarios ya lucían con mayor afluencia y energía.
A pesar de todo, el Tecate Emblema continúa consolidándose como un festival ideal para divertirse, corear canciones de todas las épocas y géneros, y vivir la experiencia sin que resulte abrumadora. No es un festival que te agote, sino uno que te permite disfrutar a tu propio ritmo, ya sea bailando frente al escenario principal o descubriendo nuevos talentos en sus rincones más íntimos.

Si bien esta cuarta edición pudo sentirse algo “floja” en cuanto a nombres de gran peso en el cartel, lo cierto es que logró cumplir con su propósito: regalar momentos memorables, mucha música, y un espacio para reconectar con los sonidos que marcaron a más de una generación. Ahora, la mirada está puesta en lo que traerá la quinta edición. Ojalá venga con más fuerza, pero con la misma vibra que hace del Tecate Emblema un festival que simplemente se disfruta.
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